Existe en nuestra sociedad un concepto antiguo con respecto al agua, que dice que la mejor agua que podemos beber es aquella extraída de alguna fuente mineral, o de manantial.

Actualmente esa idea poco a poco está cambiando, basada en dos principios:

  1. Nuestro planeta está tan contaminado, que aún las fuentes de agua más inaccesibles, como las de deshielo de montaña, se encuentran también contaminadas.
  2. Se ha comprobado médicamente, que el consumo de agua con exceso de minerales inorgánicos  favorece la formación de cálculos renales y en la vesícula, afecciones en las vías coronarias, entre otros males.

En consecuencia, cada día más personas toman conciencia de que es muy difícil ingerir agua mineral que esté libre de contaminantes.

Por otro lado, estamos entendiendo que la principal función del agua es ser agente de transporte. Y que todos los minerales orgánicos que el cuerpo necesita, provienen de una adecuada alimentación.